martes, 14 de enero de 2025

Ciento Treinta y Tres: Urgente, Criar Buenas Personas

La ética es la rama de la filosofía que estudia la conducta humana: lo correcto y lo incorrecto (y las razones para ese acuerdo). ¿Por qué la definición? Porque en esta época da la impresión de que hemos perdido de vista la importancia de transmitirla y enseñarla como parte del ejercicio de la crianza.

Es un hecho: niños y niñas no nacen “buenos” o “malos”. Sí nacen con la capacidad de aprender a discernir entre ambos mundos, incluso desde muy temprana edad. ¿Quién les enseña? Básicamente, su entorno, representado por la familia y el colegio.

Si el entorno falla–como tristemente sucede a diario en nuestra sociedad, por diversas razones- tendremos futuros adultos atraídos por el delito como camino válido para sus vidas. Una tragedia constante, que debería convertirse en un desafío a superar de manera colectiva.

Si el entorno tiene la capacidad, el tiempo, la formación y no pone foco en la enseñanza de la ética (por razones que también resulta urgente conversar), las consecuencias serán similares, con la diferencia de que nos estaremos preguntando “¿cómo pudo ocurrir esto acá?”.

Bullying; abuso sexual; uso perverso de la tecnología para denigrar a otras personas. Tres ejemplos de situaciones que han ocurrido últimamente en espacios supuestamente privilegiados. La familia parece no estar ¿por qué? El colegio parece no haber levantado las alertas a tiempo ¿por qué?

Durante los últimos 15 años, filosofía ha estado a punto de desaparecer del currículum escolar. aunque felizmente, la resistencia de unos pocos ha sido tozuda. Aun así, resulta urgente profundizar en la escuela para resolver los dilemas que enfrentan nuestros hijos/as por estos días.

¿Y por casa, cómo andamos? Comentar nuestro día; discutir el fondo de una película o de una noticia en conjunto; abrir conversaciones profundas en la mesa. ¿Realizamos acciones conscientes para que nuestros niños/as resuelvan problemas de índole ética? Para formar juicio y pensamiento crítico, no bastan el Hombre Araña o la Mujer Maravilla. Hacen muchísima falta papá y/o mamá.

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