viernes, 16 de agosto de 2013

Sesenta y Ocho: Otro Sueño Se Hace Realidad

El martes se lanzará oficialmente el libro “Papá en Rodaje: La Aventura de Ser un Padre Comprometido”. Todavía parece un sueño que esta loca idea se haya convertido en mucho más que eso, a estas alturas.
Independiente de la difusión y repercusión que ha tenido este logro (y que espero poder mantener), quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones de estos días (en esos momentos en que he tenido tiempo):

        1) Un libro siempre será un libro: parece de Perogrullo decirlo, pero un libro nunca dejará de tener para mí la magia que ha tenido siempre, desde que Gutenberg imprimió la primera copia en serie de la Biblia. Los libros en mi casa son sagrados, hay un espacio inmenso en ella para albergarlos y disfrutarlos con cariño. Jamás se ha subrayado un libro en casa y no me molesta prestarlos…aunque no vuelvan, enriquecen una nueva alma, o varias. Puede ser que en cinco o diez años más ya no se publiquen libros impresos (¡qué miedo!), lo que vuelve más significativo este momento

2)     El logro de alguien cercano, nos motiva: muchas de las personas que se han alegrado por este lanzamiento, me han dicho que saber de esto les ha llevado a retomar viejos proyectos almacenados…algunos han desempolvado escritos propios, para ver si los comparten a través de la web. Me lo han comentado con una enorme sonrisa y un ímpetu que representa para mí el más importante retorno de estos días. Y que quedará en mí por siempre.

3)     Hay que pensar en grande: cuando esta historia se inició, lo hizo humildemente, sin pretensiones. Eso sí, con la secreta esperanza de que, algún día, se convirtiera en algo importante para mí, en términos de su repercusión. Así ocurrió y dentro de lo más valorable de este suceso, creo que está la misma historia que termina con la publicación del libro: una historia que se construyó paso a paso, sobre el mérito. ¡Las cosas pasaron porque esa mañana de mi cumpleaños n°33 decidí empujarlas con vehemencia y pasión!

4)     Las dedicatorias son para quienes queremos: hay personas que relacionan los logros con un “tapabocas”, para todos aquellos que impidieron o minimizaron sus posibilidades de éxito. Hay futbolistas o hinchas que le “dedican” goles y triunfos al rival, como si eso engrandeciera sus victorias. Me gustaría compartir esta felicidad de hoy con todos los que en algún momento creyeron en mis proyecciones absurdas y mi construcción permanente de castillos en el aire. Quienes me cerraron puertas o me ignoraron, estarán en otra cosa, y espero les vaya bien. De veras.

5)     La envidia no existe: esto lo digo sinceramente…¡llevo dos semanas recibiendo solo cariño! Dicen que somos chaqueteros, que no nos gustan los logros de los demás, que siempre estamos opacándolos. Lo cierto es que sigo sin percibir alguna mala vibra de mi entorno.  Todo lo contrario, tengo un cerro de mensajes que atesoraré incluso con más cariño que las entrevistas que me han hecho en los medios de comunicación.

6)     Es el momento de los contenidos: algunos dicen que la compra del Washington Post es cuestión de “gustito de millonario”. A mí me parece que está en coherencia con algo en lo que llevo creyendo más de 10 años…¡es tiempo de contenidos! Los medios están convertidos, cada vez más, en un accesorio y las historias –además de los que son buenos contándolas- tienen un espacio creativo tremendo para crecer…la TV y Radio Digital hará que esto sea todavía más evidente…

El martes pondré la piedra simbólica a este momento de mi vida, como para sacar lindas fotos y grabar buenos videos. Pero lo concreto ya se hizo y tiene que ver con un sueño que pasa desde la imaginación a la realidad pero, más importante aún, con la capacidad de la gente que quiero de hacerse parte de ese mismo sueño y disfrutarlo conmigo tal como lo haría mi hijo: ¡como un niño!

sábado, 3 de agosto de 2013

Sesenta y Siete: Nuestro Futuro

"Está bien papá, lo haré", me dice Darío cada vez que cambio el tono de mi voz, buscando que modifique algún comportamiento, o que lleve a cabo una orden. Una respuesta en estructura gramatical perfecta, probablemente extraída de una de sus películas favoritas (más que las series, ama el concepto “cine”) y que rompe con el uso tradicional que tenemos los chilenos de las formas verbales en futuro.

Es increíble lo que dice el lenguaje (aunque suene obvio), respecto de una cultura, o de la idiosincrasia de una nación. La verdad es que nadie en Chile dice “lo haré”…siempre decimos “voy a hacerlo”…siempre es “voy a salir de vacaciones”, en vez de la más breve “saldré de vacaciones”…

Inconscientemente, estamos poniendo un paso intermedio entre la intención y la acción…todo el tiempo. ¿Por qué? De repente pienso que nos gusta pisar sobre seguro, y cuidamos de no declarar nada en términos definitivos, como si en cualquier momento pudiese cambiar. También pienso que tenemos una tendencia natural y permanente a procrastinar (me encanta esta palabra, significa “postergar”).

Amamos –me incluyo- eso de “dejar para mañana lo que podríamos haber hecho hoy”. Es parte de nuestra esencia estar desenfocados y dispersos, distraídos por lo puntual en perjuicio de nuestros planes futuros. ¿Cómo avanzamos, entonces? Bueno, precisamente, cuando tomamos consciencia y nos hacemos cargo de la acumulación de sueños e intenciones.

Desde otro punto de vista, podría decirse que gozamos profundamente del presente, tanto como para modificar al instante nuestros planes futuros…


Darío, ajeno a mis elucubraciones, me sorprende todos los días en su relación con el lenguaje. Y me encanta su esfuerzo permanente por expresarse de la mejor manera. Solo espero que los años no perviertan de manera irreversible sus expresiones de hoy…como nos va pasando a todos en la medida que nos vamos haciendo adultos.