martes, 2 de mayo de 2017

Noventa y Seis: Nunca Olvidaré este Día

Un estupendo profesor, no hace mucho, me mostró la fuerza que tiene la emoción para el recuerdo. En la práctica, lo que nos transmitió a mí y mis compañeros de taller, es algo muy sencillo, que hoy comparto también con mis alumnos: para comunicar de manera efectiva, hay que emocionar a nuestro público.

Funciona para cualquier tipo de transmisión de mensaje y basta con hurgar dentro de nuestra propia memoria, para comprender lo bien que funciona. Todos, por ejemplo, recordamos a cabalidad el día en que nos graduamos de la escuela, pero ni de casualidad tenemos registro del día anterior a ése, o el posterior. Fueron jornadas sin razones para dejar huella, días como muchos otros, que hoy yacen perdidos en algún rincón de nuestro cerebro.

Como papás, una de nuestras misiones principales es emocionar, ¡qué duda cabe! Y por más difícil que se vaya poniendo ese desafío con el correr de los años, seguimos siendo sus principales responsables. Para quienes guardamos nuestra infancia como un tesoro, especialmente, esto es una premisa de vida, pues queremos que los niños vivan y superen nuestros recuerdos. Queremos que esas imágenes les acompañen para siempre.

Cada cierto tiempo, al acostarse, Darío cierra su día con una frase que me permite asegurar que lo realizado estuvo a la altura de las circunstancias. Me mira muy seriamente, y me dice: “Papi, nunca olvidaré este día”. Yo le digo que eso me hace muy feliz, lo arropo, y me llevo a mi cama esa sensación inigualable que entregan las palabras de agradecimiento de un niño, por teñir de magia uno de sus días.


He ahí el mejor combustible para las nuevas ideas parentales; para los esfuerzos adicionales; para incorporar nuevos criterios de priorización en nuestras –a veces- aburridas vidas de adultos. ¡Qué mejor recompensa que haber construido un recuerdo nuevo, en el cerebro de nuestros hijos! ¿Hay un producto más noble que la memoria, tesoro intangible, misterioso y cálido, que nos acompaña toda la vida, y nos acoge en los momentos más difíciles?

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