martes, 10 de diciembre de 2013

Sesenta y Seis: La Mirada de los Otros

Nos pasa frecuentemente con la Andrea, que comentamos en privado, mucho de lo que ocurre con las personas que nos rodean. Creo que es inevitable para todos hacerlo (más allá de la mala intención que alguna vez se apodere de nosotros), pues hay situaciones que nos ha tocado enfrentar, o esperamos nos corresponda hacerlo con el tiempo.

Pasa con la crianza, pues todos los padres estamos “en vitrina”, respecto de nuestras decisiones sobre los niños. Sabemos que nuestras opciones irán marcando un estilo, que a algunos podrán gustarles (e incluso, replicar algunas con sus niños) y a otros provocará escozor.

Yo inicio estos análisis pensando siempre que no hay “maneras correctas o erróneas” de criar un hijo. Que no es mejor quien saca el bebé de la habitación a la noche siguiente del parto, que el que duerme con él hasta que cumple dos años. Claro, la elección nos marca, porque establece un precedente del cual nos debemos ir haciendo cargo, para mostrar una mano más o menos “coherente” durante nuestra labor de padres.

Nadie está libre de sentirse equivocado, especialmente cuando ve que ciertas cosas no se fueron dando de la manera esperada. Los niños son también una fuerza incontrarrestable, estamos mostrándoles caminos, pero es muy probable que ellos descubran unos nuevos, en los que no esperábamos que transitaran…

Sobre cómo lo está haciendo el resto de los padres, a mi parecer, es mejor guardarse la opinión. “Yo lo habría hecho de tal o cual manera”; “Me parece que están cometiendo un error al permitir esto”…son frases que hablan desde nuestra propia estructura mental, desde nuestros prejuicios y paradigmas.

¿Quién dice que cuando Darío esté por entrar a la universidad, voy a hacer eso que pensé durante esta semana? ¡Faltan 13 años! ¿Quién dice que nuestro pequeño irá a la universidad? ¿Es acaso ése el único camino? Al parecer, es el único que vemos más fácil en el horizonte.


Los niños cambian. Nosotros cambiamos. Ante ambas evidencias, prefiero pisar con cuidado el terreno de la paternidad. Y como digo siempre, más que “dar lecciones de mis éxitos”, seguir compartiendo con el mundo mis experiencias…Peores o mejores, depende siempre de la mirada de cada uno.

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