Pasaron tantas cosas durante 2015. Puede que por eso, no
haya sido capaz de sentarme 10 minutos, cada quincena, a escribir sobre las
cosas que pasan con mi paternidad. Pero se acabaron las excusas y es tiempo de
ponerse al día…cada semana…(una de las metas 2016 más exigentes, jeje)
Él invita; él se acerca; él pregunta…No tiene miedo ni
prejuicios para acercarse a la persona que tiene más cerca para resolver sus
dudas, mientras yo sigo cargando una página web en mi celular, que me entregue
la respuesta que él ya obtuvo, como en los viejos tiempos, HABLANDO…
Mi hijo es el niño símbolo de una época maravillosa, el
rostro inocente de esos años en que todo era posible, en que las soluciones
venían rápido, en que confiábamos en las personas que nos rodeaban. Un momento de nuestras vidas pleno en
expectativas y, por lo mismo, fértil en frustraciones.
Triste es que, en vez de aprender de las frustraciones y
sobre cómo superarlas, con el tiempo las vayamos incorporando como una manera
de entender el mundo. Y de enfrentarlo.
Los niños están descubriendo todo, para sus ojos. Y
también para los nuestros, que vuelven a enfrentarse con sensaciones y
sentimientos que creíamos perdidos para siempre en esas mismas cajas en que
fuimos a regalar nuestros juguetes, pensando que habíamos “crecido”. Simplemente
compartir un rato con un pequeño, les mostrará cuán equivocados hemos estado
desde entonces…
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Papá en Rodaje agradece el aporte de LENOVO y BBVA para sus publicaciones
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