El martes se lanzará oficialmente el libro “Papá en
Rodaje: La Aventura de Ser un Padre Comprometido”. Todavía parece un sueño que
esta loca idea se haya convertido en mucho más que eso, a estas alturas.
Independiente de la difusión y repercusión que ha tenido
este logro (y que espero poder mantener), quisiera compartir con
ustedes algunas reflexiones de estos días (en esos momentos en que he tenido
tiempo):
1) Un libro siempre será un libro:
parece de Perogrullo decirlo, pero un libro nunca dejará de tener para mí la
magia que ha tenido siempre, desde que Gutenberg imprimió la primera copia en
serie de la Biblia. Los libros en mi casa son sagrados, hay un espacio inmenso
en ella para albergarlos y disfrutarlos con cariño. Jamás se ha subrayado un
libro en casa y no me molesta prestarlos…aunque no vuelvan, enriquecen una
nueva alma, o varias. Puede ser que en cinco o diez años más ya no se publiquen
libros impresos (¡qué miedo!), lo que vuelve más significativo este momento
2) El logro de alguien cercano, nos motiva:
muchas de las personas que se han alegrado por este lanzamiento, me han dicho
que saber de esto les ha llevado a retomar viejos proyectos almacenados…algunos
han desempolvado escritos propios, para ver si los comparten a través de la
web. Me lo han comentado con una enorme sonrisa y un ímpetu que representa para
mí el más importante retorno de estos días. Y que quedará en mí por siempre.
3)
Hay
que pensar en grande: cuando esta historia se inició, lo hizo
humildemente, sin pretensiones. Eso sí, con la secreta esperanza de que, algún
día, se convirtiera en algo importante para mí, en términos de su repercusión.
Así ocurrió y dentro de lo más valorable de este suceso, creo que está la misma
historia que termina con la publicación del libro: una historia que se
construyó paso a paso, sobre el mérito. ¡Las cosas pasaron porque esa mañana de
mi cumpleaños n°33 decidí empujarlas con vehemencia y pasión!
4)
Las
dedicatorias son para quienes queremos: hay personas que relacionan
los logros con un “tapabocas”, para todos aquellos que impidieron o minimizaron
sus posibilidades de éxito. Hay futbolistas o hinchas que le “dedican” goles y
triunfos al rival, como si eso engrandeciera sus victorias. Me gustaría
compartir esta felicidad de hoy con todos los que en algún momento creyeron en
mis proyecciones absurdas y mi construcción permanente de castillos en el aire.
Quienes me cerraron puertas o me ignoraron, estarán en otra cosa, y espero les
vaya bien. De veras.
5)
La
envidia no existe: esto lo digo sinceramente…¡llevo dos semanas
recibiendo solo cariño! Dicen que somos chaqueteros, que no nos gustan los
logros de los demás, que siempre estamos opacándolos. Lo cierto es que sigo sin
percibir alguna mala vibra de mi entorno. Todo lo contrario, tengo un cerro de mensajes
que atesoraré incluso con más cariño que las entrevistas que me han hecho en
los medios de comunicación.
6)
Es
el momento de los contenidos: algunos dicen que la compra
del Washington Post es cuestión de “gustito de millonario”. A mí me parece que
está en coherencia con algo en lo que llevo creyendo más de 10 años…¡es tiempo de
contenidos! Los medios están convertidos, cada vez más, en un accesorio y las
historias –además de los que son buenos contándolas- tienen un espacio creativo
tremendo para crecer…la TV y Radio Digital hará que esto sea todavía más
evidente…
El martes pondré la piedra simbólica a este momento de mi
vida, como para sacar lindas fotos y grabar buenos videos. Pero lo concreto ya
se hizo y tiene que ver con un sueño que pasa desde la imaginación a la
realidad pero, más importante aún, con la capacidad de la gente que quiero de
hacerse parte de ese mismo sueño y disfrutarlo conmigo tal como lo haría mi
hijo: ¡como un niño!
No hay comentarios:
Publicar un comentario