Me
pasa por estos días, en que nos estamos jugando con la Andrea por tener un
segundo hijo, que giramos mucho en torno a fechas y cálculos que nos permitan
tener éxito en el objetivo planteado. Paralelamente, Darío ha crecido y se
acerca el momento de tomar algunas decisiones en torno a su futuro. Una, en
particular, dice relación con la escuela donde comenzará su educación
"formal".
Como
el pequeño heredero nació en mayo, se encuentra en el temido "limbo"
del periodo de ingreso al año académico correspondiente. ¿Lo recibirán en
pre-kinder? ¿O tendré que esperar al ciclo siguiente, lo que implicará que
Darío se convierta en el "mayor de su curso"?
Me
dijo mi madre el otro día: "hay muchas parejas que todo eso lo
planifican". Yo no la creía, pero he visto cómo la obsesión por la
educación de los niños supera todo límite, por lo que no es de extrañar que sea
cierto también.
Y
me puse a pensar si en la campaña actual para traer un hermano/a a Darío, no
debería considerar esos elementos, de alguna forma. Lo conversé con la Andrea y, al fin al cabo,
solo quedamos de acuerdo en algo que ella considera relevante (y la apoyo
plenamente): que su ginecólogo de “cabecera” estuviera en Santiago en la fecha
calculada para el parto. Bueno, hace un mes pasamos ese umbral.
¿Lo
demás? Bueno, más allá del lógico interés por tener ahora una niña (no un
deseo, sino más bien, una oportunidad), todo lo demás lo estamos dejando en
manos de la de Naturaleza (yo le llamo Dios, llámele ud. como desee), sobre
todo, pensando que la llegada de Darío nos costó un año y algo de esfuerzos,
lágrimas y conflictos internos que, perfectamente, pudieron llevarnos a un quiebre
definitivo.
En
este rato, más que calcular su futuro, estoy concentrado en dimensionar el mío
junto a dos hijos y mi pareja desde hace 12 años. A analizar, de alguna manera, ¿qué tan
preparado estoy para este desafío doble (en definitiva, nunca tengo una
respuesta para esto)? o, dicho de otra forma, ¿qué tan dispuesto estoy a
embarcarme en una aventura que duplica tantos afanes de mi existencia? Hasta el
momento, la respuesta sigue siendo: inocente y sinceramente, dispuesto.
Felicitaciones por animarse a buscar el próximo heredero/a!
ResponderEliminarsaludos
Daniela