viernes, 12 de agosto de 2011

Veinticinco: No me presiones


Son contadas las veces en que la Andrea utiliza mi nombre de pila. En virtud de aquello, cuando lo hace, debo preocuparme en extremo.

-          Gerardo - dijo

-          ….    (la táctica del silencio)

-          Gerardo - repitió, con algo más de intensidad en su voz

-          ¿Sí?  (tono risueño, segunda táctica)

-          Yo creo que tenemos que hablar seriamente sobre lo que se nos viene…

-          Ufff…Si quieres lo dejamos para otro día, recuerda que la última vez te cayó mal lo que comiste.

-          Prefiero que lo hablemos igual.

Darío ya tiene 2 años, dos meses, y mientras estamos buscando su primer jardín infantil (se los conté la semana pasada), también estamos pensando en cuándo debemos embarcarnos en la siguiente aventura “bebística”. En realidad, no se trata de pensarlo (supuestamente, ya lo resolvimos), sino de que la Andrea esté dispuesta a dar el paso. Y, claro, no me interesa presionarla.

Y si la primera vez fue complejo (así comenzó la historia de Papá en Rodaje), la segunda lo es todavía más, por esto de la “experiencia conocida”.

-          Si quieres lo postergamos. Al final, el tema de las diferencias de edad no es tan relevante – digo, como para alivianarle, en alguna medida, su complicación.

-          No, no, lo que yo necesito es que me presiones…

-          ¿?

-          Sí, eso, que me presiones. Si fuera por mí, no pasaría por esto de nuevo, pero estoy de acuerdo con el objetivo que buscamos, así que no me queda otra opción…

-          Quedan varias, no te cierres.

-          Si pienso que hay más de una opción, jamás tendremos el segundo hijo que hemos soñado tanto. Lo que necesito es que seas tú el que empuje esta cuestión.

-          Bueno, si tu prefieres que sea así…lo haré.

Saliendo de la conversación, las definiciones vuelven a fojas cero, y tratamos ambos de vivir el momento. Ya saben que, por lo menos a mí, nunca me ha nacido eso de proyectarme y planificar hacia el futuro. Yo sigo dejando que las cosas ocurran de forma natural, siento que la presión no aporta demasiado a la relación humano.

Mal que mal, se trata de traer otro hijo al mundo…no es comprar un auto nuevo o cambiarnos de casa. Si la Andrea se complica, está bien. Yo la vi, la disfruté y la sufrí embarazada y dando a luz. Nada de ese periodo fue sencillo para ella y la idea de repetirlo debe ser, a no dudarlo, terrorífica. Ni yo mismo me imagino en esas semanas iniciales, con un recién nacido 100% demandante, corriendo de un lado para otro, mientras en otra pieza Darío exige atención…

4 comentarios:

  1. Tener otro hijo es una decisión importante, pero si los dos lo desean, ánimo y a tirar para adelante, seguro que todo va a ir bien. Un saludo!

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  2. gracias! se ve todo tan difuso...imagino que se resolverá de alguna manera...

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  3. Si es una decision muy seria e importante, pero si lo desean hay que darle no mas... mira que el segundo no es tan dificil de criar como el primero, te lo aseguro....

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  4. Así me dicen todos...que estás más relajado, que ya no se pasan los sustos del primero, que eres menos aprensivo...pero, en la práctica, el despliegue familiar se multiplica por dos...En fin, gracias por el apoyo!!

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