martes, 26 de enero de 2016

Ochenta y Siete: Impacto Profundo

Fueron ciertas conductas puntuales –y recurrentes- de 3 o 4 niños del kínder, las que generaron un intenso movimiento de padres durante los últimos meses del año pasado. Todas, tenían que ver con una “adultización” en sus maneras de actuar, que estaban completamente desconectadas del resto de sus juegos, conversaciones y ansiedades, normales para la edad de 5-6 años.

Debo reconocer que quedé impactado, porque no estaba en mis cálculos que, como papás, debiéramos preocuparnos de este tipo de cosas tan temprano. Estaba intrigado, tenía que saber más detalles, para entender las razones (o causas) que habían llevado a niños tan pequeños a manifestarse de estas maneras.

Los niños de 5-6 años no son completamente responsables de lo que hacen. De hecho, como padres sabemos que son todo lo contrario: escasamente responsables de sus vidas, que están regidas por nuestras decisiones sobre lo que ven o no ven; por lo que escuchan y lo que no; por lo que hacen o dejan de hacer.

Los niños no toman decisiones (están en proceso de aprender a hacerlo). Y cuando dejamos de tomarlas por ellos, por las razones que sean (ausencia, falta de tiempo, conflicto de pareja, entre otras), las consecuencias son inmediatas. Los pequeños absorben todas las fuentes de información que tienen a su alcance. Y en un mundo de teléfonos inteligentes, tablets y computadores, es un riesgo que no nos podemos dar el lujo de permitir.

Darío, en esta ocasión, no fue protagonista, sino uno más de los niños “afectados”, por estas situaciones. Digo “afectados”, porque entiendo y defiendo el hecho de que protejamos todo lo que sea posible la inocencia y la mentalidad infantil de nuestros hijos. Y, claramente en este caso, un pequeño grupo ha estado influyendo sobre otro grande para que ello no se dé como los padres esperamos.

Me tranquiliza que él no haya sido protagonista en esta ocasión, pero queda latente en mi corazón la opción de que en otra ocasión lo sea. ¿Depende de él? ¿De los profesores de su Escuela? ¿De sus compañeros y sus padres?

En realidad, son múltiples los factores que pueden influir en ello. No obstante, estoy convencido de que el más importante (porque tenemos control sobre él) yace en casa, en la conversación permanente, en el cariño, en la intención y acción de compartir y discutir las fuentes de información a las que exponemos a los niños, ya sea en forma de texto, música o video. Porque, aunque algunos padres del curso minimizaron (y siguen haciéndolo), el impacto de todo esto, todo empezó con un video de reggaetón en Youtube…




----------------------------------------------------------------------------------------

Papá en Rodaje agradece el aporte de LENOVO y BBVA para sus publicaciones

lunes, 4 de enero de 2016

Ochenta y Seis: El Secreto de sus Ojos

Pasaron tantas cosas durante 2015. Puede que por eso, no haya sido capaz de sentarme 10 minutos, cada quincena, a escribir sobre las cosas que pasan con mi paternidad. Pero se acabaron las excusas y es tiempo de ponerse al día…cada semana…(una de las metas 2016 más exigentes, jeje)

Darío y sus seis años proveen de manera permanente una cantidad de historias que me cuesta trabajo asimilar y transformar en relato. Ahora estoy “pegado”, por ejemplo, con esa capacidad que tienen los niños de su edad para ser receptivos y acogedores con los demás, sean de la edad que sean. ¿Será que con el tiempo, y muy rápidamente, vamos perdiendo ese don natural?

Él invita; él se acerca; él pregunta…No tiene miedo ni prejuicios para acercarse a la persona que tiene más cerca para resolver sus dudas, mientras yo sigo cargando una página web en mi celular, que me entregue la respuesta que él ya obtuvo, como en los viejos tiempos, HABLANDO…

Mi hijo es el niño símbolo de una época maravillosa, el rostro inocente de esos años en que todo era posible, en que las soluciones venían rápido, en que confiábamos en las personas que nos rodeaban.  Un momento de nuestras vidas pleno en expectativas y, por lo mismo, fértil en frustraciones.

Triste es que, en vez de aprender de las frustraciones y sobre cómo superarlas, con el tiempo las vayamos incorporando como una manera de entender el mundo. Y de enfrentarlo.

Los niños están descubriendo todo, para sus ojos. Y también para los nuestros, que vuelven a enfrentarse con sensaciones y sentimientos que creíamos perdidos para siempre en esas mismas cajas en que fuimos a regalar nuestros juguetes, pensando que habíamos “crecido”. Simplemente compartir un rato con un pequeño, les mostrará cuán equivocados hemos estado desde entonces…

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Papá en Rodaje agradece el aporte de LENOVO y BBVA para sus publicaciones