martes, 15 de diciembre de 2020

Ciento Veinticinco: "Solo, papá, solo"


Hace dos semanas que los #mellizos cumplieron 3 años. Hablan poco todavía (no es algo que nos vuelva locos en casa, porque entendemos que cada persona crece a su ritmo. Uno de las frases que más usan en lo cotidiano es la del título “solo, papá, solo”.

Cada vez que les enseño algo nuevo e interesante a sus ojos infantiles, quieren probar cómo se hace, a través de sus propios medios. Regar el patio; abrir la puerta del auto; poner un disco o un pendrive en el reproductor; tocar la guitarra; usar el control remoto; preparar la masa para hornear pan, por poner algunos ejemplos.

Para las cosas más aburridas, no existe tal disposición: comer la comida; sentarte a hacer pipí o caca; ordenar los juguetes…Son niños y son humanos como nosotros, los adultos, a quienes también lo rutinario nos da lata. Es el desafío lo que nos mueve con mayor rapidez y efectividad.

Los dejo hacer cosas solos, luego de analizar los diversos niveles de riesgo involucrados. Y las consecuencias. A veces, hacerlo solos no parece tan entretenido como se veía cuando era el papá el protagonista, y lo dejan rápidamente (nuestra lucha con las expectativas comienza con nuestro nacimiento). Otras veces, quieren seguir y seguir, hasta que papá pone límites (otros de los aprendizajes que no termina jamás: la tolerancia a la frustración).

Están creciendo rápido. Por la #pandemia y el #encierro he sentido muy de cerca la evolución de los muchachos. Y me encanta saber que ya están en el escalón que sigue. Que vienen cosas todavía más movidas para mamá y papá. Lo que será un desafío digno de lo mejor de nosotros.

 

 

 

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