lunes, 13 de mayo de 2013

Sesenta y Dos: Eso de ser mamá


La maternidad es, en sí misma, un universo. Por estos días, en que estamos dejando atrás una nueva celebración para todas esas mujeres que han sido madres (por la vía biológica, administrativa o alternativa), me puse a pensar otra vez en lo incomparable de ese vínculo.

Ya lo he dicho muchas veces en este espacio: el rol que podemos asumir como padres, tiene otras características, variables y alcances, que están en un nivel distinto, en cuanto a profundidad, con respecto a las mujeres. Aunque no sea, por eso, menos relevante.

Las mamás, por eso de ser mujeres, tienen una capacidad que a veces, llega a asustar. Ellas le llaman “sexto sentido”, y les permite anticipar situaciones que desconocen, pero que saben están ahí, latentes.  Por eso resulta tan infructuoso ocultarles información…Yo, por lo menos, ya cedí en ese “tira y afloja” y prefiero compartir con ella lo que está ocurriendo.

Esa sensibilidad de madre es también una terrible compañía para ellas, pues toma las formas de la angustia; la preocupación y la ansiedad. Les obliga a estar siempre atentas “a la jugada” y negadas a la posibilidad de un verdadero relajo, entendiendo que siempre están proyectando lo que está por venir.

Pero, en la práctica, tienen las competencias para sobrevivir a este desafío permanente, de la mejor manera. Es así que se dan maña para apoyar nuestras necesidades y para ser las primeras en acoger cuando lo estamos pasando mal.

Como padre de Darío, la diferencia ha pasado por el ángulo de mi mirada. Durante décadas fui –y sigo siendo- el destinatario de las atenciones de una madre dedicada y cariñosa. Hoy, además de eso, soy testigo presencial y directo de la labor maternal de mi mujer, traducida en innumerables gestos cotidianos que hacen de mi vida una experiencia alucinante.

Y, desde la testosterona y la tradición masculina más ancestral, creo estar en condiciones de declarar con certeza que la Andrea es “la mujer que yo quería como madre de mis hijos”.

No estoy muy seguro si alguien del género, conscientemente, busca una mujer con tales o cuales características que apunten a ese objetivo. Lo que sí me queda claro, es que llega un punto en que de manera natural, admiramos el esfuerzo de ellas en cuanto madres. Y, mejor aún en mi caso, alucinamos al apreciar esa notable capacidad de decidir rápido y certeramente, lo que es más adecuado para nuestros niños. 

Eso, mientras nosotros seguimos pensando y pensando…

2 comentarios:

  1. Qué bonito, a tu mujer seguro que le encanta leerlo. De todas formas, yo creo que los hombres cada vez más estáis siendo contagiados por ese sexto sentido, al menos en mi caso :-)

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  2. No sé si mi mujer lo ha leído aún, pero espero que le guste, pues es una declaración desde la pura emoción! =) Me alegra que los hombres estén también adquiriendo esta "competencia"...es muestra de que estamos haciendo las cosas mejor...Saludos!!!!

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