viernes, 10 de junio de 2011

Dieciséis: Hitos y Ritos


"Muy bien", recalca la Andrea a Darío cada vez que aprende algo nuevo y él sonríe, satisfecho, porque sabe que dio un paso hacia adelante.

Dentro de la cantidad de artículos y libros que he leído respecto a crianza y puericultura, en general, se reitera la importancia de la estimulación de los pequenos exitos y triunfos.

Sin embargo, no me parece que sea una recomendacion exclusiva de esa etapa de la vida. No sé si sea por lo viejo (algunos dicen que siempre lo he sido) o porque ahora soy padre, pero ahora soy mucho mas conciente de la importancia que tiene, para la historia de cada uno, celebrar.

Un amigo dice que la felicidad está construida en base a momentos. Creo que, en parte, tiene razón, pues es la memoria el espacio donde atesoramos lo que mas queremos (y que nadie nos puede robar).

Al festejar los buenos éxitos, estamos marcando hitos que definen períodos de nuestra existencia y características que los hicieron especiales. Como cuando un futbolista declara "estar pasando por su mejor momento".

Un rito, por otra parte, viene a ser la proyección de estas "marcas" hacia lo colectivo. Un espacio en que reconocemos nuestras cosas en común y construimos en conjunto lo que nos pertenece, como familia, como amigos, como grupo.

El segundo cumpleaños de Darío tuvo de ambos: de hito (para él, la Andrea y yo)...y de rito, para nuestra familia y amigos. Y con mucha fuerza intentamos hacerlo inolvidable, para que de forma directa, se alojara en el disco duro de los recuerdos.

Claramente, si recordamos uno u otro cumpleanos, dependerá también de varios factores inasibles: los imponderables (eso que pasa siempre por el lado nuestro y no podemos controlar); nuestros estados de ánimo (si   estábamos deprimidos, preocupados, alegres) pero, por sobre todo, dependerá de la siempre necesaria dosis de improvisación que hace que todas las fotografías tengan un significado distinto.

 (será hasta el 17.06.11...nos vemos)

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