sábado, 23 de abril de 2011

Nueve: Fast Forward (FF)

Me incomoda cuando me preguntan en qué colegio va a estudiar Darío. Nuestro pequeño no tiene dos años; todavía no habla, y con la Andrea estamos mas preocupados de su día a día, que de situaciones que no se darán sino hasta un buen tiempo más.

¿Qué hay detrás de un interés tan anticipado? ¿Qué buscan los padres de niños menores que Darío, al planificar tan precozmente el futuro?

De veras, me incomoda. No soy de los que viven mirando hacia el futuro, de ninguna forma. Mas bien soy del tipo intuitivo, circunstancial e improvisador, que toma decisiones en relación con los contextos. Por lo mismo, soy flexible y siempre estoy dispuesto a cambiar de opinión, si los argumentos expuestos me parecen sólidos.


Bajo esa premisa, mal podría dejarme seducir por la tentación de hipotetizar respecto de infinitos aspectos de la vida de mi hijo. En vez de aquello, me quedo con la intención permanente por ayudarle a resolver su "hoy", al mismo tiempo que evito decidir varias veces sobre un mismo tema.


Vivimos una era dominada por la Ansiedad (lo dijo McLuhan). Y el concepto reina en todos los ámbitos de nuestra vida, volviendo nuestra felicidad cada vez más pasajera...cada vez más imperceptible.


Esperar está "pasado de moda" y los jefes felicitan a sus empleados "proactivos": ésos que logran desarrollar habilidades premonitorias respecto de los deseos de sus superiores. Escaso es el espacio para reflexionar o darle sentido a lo que hacemos (ver Mito de Sìsifo...).


Resolver hoy los desafíos del padre que seré mañana, no solo terminará confundiéndome, sino que también me hará dudar cada vez más respecto a la certeza de mis decisiones. Y, por consiguiente, dormiré en la intranquilidad de las paradojas que yo mismo habría creado.


Rescato lo que me dice el 99% de los padres..."los niños crecen tan rápido, uno no se da ni cuenta". Si eso es cierto, no hace más que refrendar los argumentos aquí planteados: queremos que las etapas que viven los niños bajo nuestro alero, se alarguen el máximo de tiempo posible. ¡No queremos tomar el control remoto y hacer Fast Forward, solo porque es lo que se "estila"!


Anticipar es competir. Evidente, pues el acierto de las proyecciones que hacemos nos da una ventaja sobre quienes corren a nuestro lado, buscando objetivos que muchas veces, son similares. Al elegir 5 años antes su colegio, ¿Quiero que Darío entienda que debe enfrentar una competencia feroz o quiero que, a través de mi elección, obtenga automáticamente su "lugar" en un espacio de relaciones y contactos ventajoso,dejando atrás a un buen porcentaje de niños?


Cuando nuestros padres escogieron, no había tanto en juego. En esa época, de hecho, todo era más simple. 



2 comentarios:

  1. Comparto contigo Rodrigo, pensar hoy que haré mañana sólo se explica por un interés competitivo de ser "el mejor ubicado". No tengo hijos, pero te aseguro que aunque los niños crecen rápido es algo que pasa segundo a segundo, en la vida humana no existen saltos cuánticos, esos errores en la percepción se dan porque muchas personas se olvidad de vivir la vida en el segundo exacto por estar pensando lo que harán después.
    Viva el presente, que el futuro aún no llega!!

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  2. Competencia, competencia, competencia...cuándo esa palabra nos robó el presente? Me gustó lo de los saltos cuánticos! besos!

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