sábado, 3 de agosto de 2013

Sesenta y Siete: Nuestro Futuro

"Está bien papá, lo haré", me dice Darío cada vez que cambio el tono de mi voz, buscando que modifique algún comportamiento, o que lleve a cabo una orden. Una respuesta en estructura gramatical perfecta, probablemente extraída de una de sus películas favoritas (más que las series, ama el concepto “cine”) y que rompe con el uso tradicional que tenemos los chilenos de las formas verbales en futuro.

Es increíble lo que dice el lenguaje (aunque suene obvio), respecto de una cultura, o de la idiosincrasia de una nación. La verdad es que nadie en Chile dice “lo haré”…siempre decimos “voy a hacerlo”…siempre es “voy a salir de vacaciones”, en vez de la más breve “saldré de vacaciones”…

Inconscientemente, estamos poniendo un paso intermedio entre la intención y la acción…todo el tiempo. ¿Por qué? De repente pienso que nos gusta pisar sobre seguro, y cuidamos de no declarar nada en términos definitivos, como si en cualquier momento pudiese cambiar. También pienso que tenemos una tendencia natural y permanente a procrastinar (me encanta esta palabra, significa “postergar”).

Amamos –me incluyo- eso de “dejar para mañana lo que podríamos haber hecho hoy”. Es parte de nuestra esencia estar desenfocados y dispersos, distraídos por lo puntual en perjuicio de nuestros planes futuros. ¿Cómo avanzamos, entonces? Bueno, precisamente, cuando tomamos consciencia y nos hacemos cargo de la acumulación de sueños e intenciones.

Desde otro punto de vista, podría decirse que gozamos profundamente del presente, tanto como para modificar al instante nuestros planes futuros…


Darío, ajeno a mis elucubraciones, me sorprende todos los días en su relación con el lenguaje. Y me encanta su esfuerzo permanente por expresarse de la mejor manera. Solo espero que los años no perviertan de manera irreversible sus expresiones de hoy…como nos va pasando a todos en la medida que nos vamos haciendo adultos.

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